[…] hacia el mediodía del 12 de junio de 1914, el Rápido, laúd de la casa Torres y Camps cargado de harina, había naufragado en el Ebro, en el Paso de la Lliberola. Dos peones se salvaron nadando y el tercero, que flotaba como las piedras, se agarró a la palanca de la nave con la que había tropezado en el momento de zozobrar y llegó a la orilla, desmayado y medio loco de miedo, unos cuantos kilómetros aguas abajo, casi a la vista de la villa. Nunca se supo nada más del patrón. Josep Ibars, de la nave ni de Gatell, el perro de la tripulación. Barqueros, pescadores y navegantes vigilaban las aguas sin descanso, daban voces por todas partes a lo largo de la ribera, de la villa hasta el mar, pero en esa ocasión el Ebro no soltó la presa, nunca encontraron otros restos del naufragio.
Camino de sirga, 27-28
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