El viejo Palau, antiguo minero mequinenzano, hace una pausa para acabar de liarse el cigarrillo de picadura y encenderlo. El humo, de un olor fuerte, se deshilacha lentamente en la atmósfera espesa del casino de Mequinenza.
El establecimiento está abarrotado de parroquianos que toman café, echan la partida de botifarra o se distraen en la mesa de billar donde un grupo bullicioso juega al xapó.
Traducció inèdita de Chusé Raúl Usón
© 2009-2021 Espais literaris de Jesús Moncada · Disseny de Quadratí