Los últimos que le habían visto vivo eran los amigos que le acompañaron de vuelta a casa la noche antes hasta la esquina del callejón de San Francisco con la plaza de Armas. El había proseguido solo para ir a acostarse a la Taberna de las Anguilas.
Camino de sirga, 141-142
© 2009-2021 Espais literaris de Jesús Moncada · Disseny de Quadratí