En cuanto a los Garrigues de la Plaza de la Carpa, aparte de tener el pelo color panocha y nacer con seis dedos en cada pie —cosas que también nos ocurren a los demás Garrigues—, no ofrecen nada de particular en lo que respecta a la tonalidad de sus ojos; si los llamamos los Encrucijados, es porque miran contra el gobierno.
Señora Muerte, carta de Miquel Garrigues, en El Café de la Rana, 51
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