Sentada en una manta extendida sobre la carga de lignito, a popa, ve cómo los remos se hunden en el agua gris del Ebro. Aunque anunciada por la voz del patrón, «¡Soltad amarras y vámonos!», la arrancada la hace tambalear.
Memoria estremecida, 308
© 2009-2021 Espais literaris de Jesús Moncada · Disseny de Quadratí